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Buenas noches, y buena suerte

Tabla de contenidos

Ficha técnica



Título: Buenas Noches, y buena suerte
Director: George Clooney
Título original: Good night, and good luck
Año: 2005
Nacionalidad: USA
Producción: Grant Heslow, Steven Soderbergh
Productora: Warner Independent Films
Duración: 90’
Guión: George Clooney, Grant Heslow
Fotografía: Robert Elswit
Música: Dianne Reeves
Montaje: Stephen Mirrione
Vestuario: Louise Frogley


Ficha artística


David Strathaim (Edward R. Murrow)
George Clooney (Fred Friendly)
Roy Wise (Dan Hallenback)


Nominaciones Oscar a la Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actor, Mejor Guón Original, Mejor Fotografía, Mejor Dirección Artística.

Buenas noches y buena suerte - Periodismo y cine - Caza de brujas - el fancine - Comunismo y cine - EPMMF - Manuel Martín Ferrand - CEU
Buenas noches y buena suerte – Periodismo y cine – Caza de brujas – el fancine –
Comunismo y cine – EPMMF – Manuel Martín Ferrand – CEU



La amenaza comunista fue una constante al término de la Segunda Guerra Mundial, tras dividir Alemania entre los aliados y la Unión Soviética, y sobre todo a partir de la decisión unilateral de la Unión Soviética de construir un muro, el Muro de Berlín, (antifascista para la dictadura comunista, de la vergüenza para las democracias occidentales).



Surgirán pues dos grandes bloques, el primero económico, (con el COMECOM, (Consejo de Ayuda Mutua Económica), soviético, por un lado y las naciones democráticas que posteriormente derivarían en la Comunidad Económica Europea, actual Unión Europea, lideradas por los Estados Unidos en lo político), y el segundo militar, enfrentando a todas las naciones libres en torno a la OTAN con las naciones sometidas al Comunismo bajo la bota del Pacto de Varsovia.


Esto dio lugar a su vez a dos maneras diferentes de entender la paz… O la guerra, dando lugar a sendas épocas, una de guerra fría y la otra de guerra diplomática.


Para entonces ya se habían creado los actuales servicios de inteligencia, que obviamente evolucionarían hacia servicios de espionaje y contraespionaje, tales como el KGB y la CIA…


Servicios que unas veces espiaban objetivos militares, otras, objetivos políticos, y las más, sobre todo el organizado por el KGB soviético, para desestabilizar a Occidente. En este último área tenían bastante ventaja puesto que las naciones democráticas tenían que jugar una partida comprometida con la opinión pública que votaba periódicamente a sus presidentes, por lo que había que hacer equilibrios para no salirse fuera de la Ley, (que no siempre se respetaba). Sin embargo, la dictadura comunista tenía muchas y mejores posibilidades para evitar estas desestabilizaciones, la policía, los espías entre los ciudadanos y los campos de concentración en Siberia servían para desestimular a los posibles traidores al Partido. (De ahí que los Estados Unidos se sirvieran de los estados soviéticos satélite para mellar la confianza de los comunistas).



He hecho esta introducción para situar la verdadera transcendencia del tema central de la película, la lucha del periodista Edward R. Murrow por defender la libertad de expresión dentro de los Estados Unidos de América, impulsado por la implacable búsqueda por parte del Senador por Wisconsin, Joseph Macarthy, de elementos subversivos filo comunistas dentro de los Estados Unidos. Años de temor a la traición y años en los que dos bloques se enfrentaban, la libertad americana ofrecía unas posibilidades infinitas a los soviéticos para infiltrar espías o “creadores de opinión pública”. Lucha no obstante, que superó los cánones de lo legal, en muchos casos, y se convirtió en un esfuerzo exagerado que acercaba por momentos los comportamientos políticos y legales americanos al de su enemigo.


Este es el contexto en el que se desarrollará la película y que considero básico para poder interpretar, que no justificar, tan desmedida “caza de brujas” que se extendió a todos los ámbitos de la cultura estadounidense, periodismo, cine…


Así pues, Murrow, con el respaldo de su equipo, la admiración de muchos seguidores, el silencio de sus superiores y la amenaza constante de ser denunciado como comunista, sin serlo, lideró un programa de televisión, (medio del que estaba enamorado), para luchar por los Estados Unidos haciendo de la libertad de expresión su arma, y defendiéndola, como profesional y persona, coherente y valiente, temiendo, pero no huyendo su responsabilidad a la hora de enfrentarse al sistema político y jurídico americano.

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